Ana y el Periplo Espacial

 ANA Y  EL PERIPLO ESPACIAL. 

Querido pedazo de papel:

Aquel día soleado decidí investigar un poco sobre los elementos químicos existentes, mi maestra es una apasionada en ese tema e hizo que el interés surgiera en mí, (considero que eso es ser un buen maestro), en fin, voy a comprar esa supuesta tabla periódica de la que tanto hace mención.

Salgo de mi casa, el cielo está encapotado y me da la sensación de que pronto lloverá, así que me apresuro a entrar a la tienda del señor Sandro; muy amablemente me recibió

-¡Querida Anita! ¿qué se te ofrece?

-Buenas tardes señor Sandro, ¿vio qué día el de hoy? Por favor, quisiera una tabla periódica

-Sí Anita, está por llover, ya era hora. ¿Una tabla periódica? A ver..., creo que no quedan.

Agrega:

-Edii'!! ¿Quedan tablas periódicas?

Se acerca la señora Edith, amable y elegante. 

-Sí, acá están. No sabés buscar vos.

 ¡Qué tal Anita!

Salgo de la tienda muy contenta con mi tabla periódica y al llegar a casa, me apresuro a escribir en mi diario:


Querida hoja:

¡He vuelto! Y… tengo la tabla en mis manos… Es muy extraña, pero aun así no me aflige, quiero contarte una idea que tuve camino a casa. Me gustaría ir por esos elementos que escasean en mi planeta, ¿me explico? Ir por el espacio exterior buscando entre planetas insólitos, satélites, estrellas de cada clase, quiero conocer esos extraños comportamientos que suelen tener los elementos, ¿cómo se verán? ¿a qué olerán? ¿me matarán? Isaac Asimov me enseñó todo lo que debo saber para defenderme en el espacio exterior, creo que estaré bien… IRÉ.  

...

Ana emprendió su viaje, fue a sacar boleto para subir a esa nave con motor helicoidal, fue en busca de lugares en donde yacieran esos elementos, tenía miedo,  pues nunca había salido de su planeta, pero su curiosidad era más grande.  Ella vivía con su abuela materna, su abuela estaba muy enferma y no existían medicamentos que amainen su dolor, era esta una razón más para que Ana se sintiera motivada para estudiar química, y este viaje era lo mejor que le podía pasar. 

El primero de noviembre Ana estaba lista para subir a la muy estrafalaria nave. Estaba deseosa de vivir aquel periplo interestelar, probablemente lleno de peripecias, pero sabe que al final habrá valido la pena. 

Ana subió a la nave, sintió que un escalofrío le recorrió el cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, cerró los ojos, tomó un respiro, se abrochó el cinturón con algo de incomodidad debido a que su traje espacial era uno de los más económicos y por ende, más incómodos.  Sin querer, a Ana le salió una lágrima de sus ojos, tuvo una reminiscencia de su madre, su madre siempre había querido ser una reconocida científica, pero no lo logró, se quedó embarazada de su única hija, y murió el día de su nacimiento... a Ana le costó digerir la historia, Ana sentíase culpable de su ambición, sentía que era egoísmo puro querer ser química, creyó  dejar esos pensamientos tiempo atrás, sin embargo, en su inminente viaje la atormentan de nuevo. 

En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba en su destino. A Ana la acompañó un guía que conoce los lugares del espacio a visitar. 

-Bueno Ana, mi nombre es Max, y nuestra parada es SUPERNOVA, veremos una supernova, ten este folleto turístico para que comprendas mejor. 

FOLLETO: La Nucleosíntesis de supernovas (producción de nuevos elementos químicos dentro de las supernovas). Ocurre debido a la nucleosíntesis explosiva durante la combustión de oxígeno explosivo y la combustión del silicio. Estas reacciones de fusión crean los elementos silicio, azufre, cloro, argón, potasio, calcio, escandio, titanio, vanadio, cromo, manganeso, hierro, cobalto y níquel. Como resultado de su expulsión desde supernovas individuales, sus abundancias crecen incrementalmente en el medio interestelar. Los elementos pesados (más pesados que el níquel) son creados principalmente por un proceso de captura de neutrones conocido como Proceso-R. 

Ana observó ese acontecimiento muy extasiada, ¡fue increíble! 

Próxima parada: El planeta, llamado 51 Eridani b, es un millón de veces menos brillante que su estrella, 51 Eridani, y muestra la señal más potente de metano jamás detectada en un planeta alienígena.

El susodicho planeta se veía muy extraño. El universo la hacía sentir tan pequeña e insignificante. A la vez extrañó ese punto pálido azul, su hogar, así pudo comprenderlo desde tal distancia. Otros apoteósicos acontecimientos se fueron explicando a través de la química y física, fue realmente apasionante para Ana.  Ana fue capturando todos los elementos que pudo, asombrada, tenía decidido estudiarlos ni bien llegara su hogar. En el viaje, Ana compró varios libros de química, y astrofísica, compró biografías de mujeres científicas que tanto le recordaban a su madre, también comprendió que la química y la física gobiernan todo el universo, no fue como ella creyó, fue mejor. Guarecerse dentro del mundo de la ciencia fue lo mejor que le pasó, el mundo ya no le parecía aburrido, todo esto se lo debió a aquella extraña tabla periódica y por supuesto, a su maestra. Llegó a su casa en su cumpleaños, 7 de noviembre. Más tarde sabría que su cumpleaños es también el de una química muy influyente, más tarde, su favorita. 

Autora: Rocío Antonella Tulian
Año: 2019
País: Argentina
-este cuento breve en su versión original participó de un concurso sobre la tabla periódica (2019) en la Universidad Nacional del Sur, quedando el cuento como primera mención- 
Los cambios que se han hecho fueron para darle crédito a la Física.

Entradas más populares de este blog

Creo que perdí algo, pero no estoy seguro de qué

GHOST WORLD