Creo que perdí algo, pero no estoy seguro de qué

 La gran vorágine del 2020, estoy segura de que en ese año tan insólito, algo se me extravió.

Pero encontré..., el lago en donde se miró narciso, encontré el lago donde quise hundirme al amar mi semejanza, y donde me ahogué para fusionarme y elevarme del charco... como una resplandeciente flor.

Como buena flor, tuvimos nuestra época donde se nos cayeron los pétalos, pero poco a poco luchamos contra la gravedad para llevar el amor al núcleo y florecer, una vez más. 

Encontramos en nuestro interior, todo aquello que en el transcurso de la vida nos fue fascinando, y logramos aglomerarlo en conversaciones nocturnas, fantaseando como buen adolescente en cumplirlas algún día, compartiendo la misma emoción. 

No me importa compartir algo tangible, me importa la mutua abstracción comprendida entre ambos, la paulatina emoción que se tiene a medida que se va verborreando, y por último el pico de placer donde nos hayamos comprendidos y valorados. 

Prometo seguir siendo aquello que te dio vitalidad y un lugar en el que DEMA quede chico, en el que podrás sentirte como una estrella recién nacida, segura y lista para brillar.

Y aunque no sigo siendo quien solía, acepto el cambio. 

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