Mi historia en el Sistema Educativo

22/3/2022 
3:00 a.m.


Mis primeros años de secundaria (1° y 2°) transcurrían en el partido de Pilar, Del Viso. 
Como toda buena escuela bonaerense, se caía a pedazos. La infraestructura era pésima, el gestionamiento peor y los profesores parecían carecer del mérito de su propio título, dada su poca vocación.
Se imaginarán que poco aprendí, al igual que la mayoría de los chicos de esos lares, lamentablemente. (He aquí una de las razones por las cuales, la mayoría de ellos no logra pasar el CBC, y la razón de ser del mismo. Pues es sabida la miserable base de conocimiento que poseen mis queridísimos compañeros humildes). 
Luego, a partir de 3° año de secundaria sobrellevé la misma en la escuelta técnica 2 de Bahía Blanca (quizá con algunos vaivenes, en donde presencié por cortos períodos de tiempo en saltos efímeros, la técnica n°4 y la media 3). Se imaginarán, mi primer año en "La Técnica" fue desastroso, pues debía compensar esa base endeble que se me había otorgado, y así lo hice con mucho éxito (no hubiera podido lograrlo sin una maestra particular ni el apoyo de mis padres). Ese 3° año mis notas mejoraron notablemente, yendo desde los 6 hasta los 9 en el último trimestre.
Transcurrió así 4° año con un boletín repleto de dieces y nueves, 5° atravesado por la pandemia con TEA y 6° con ciertas ambivalencias debido a cuestiones personales, pero también, irrefutablemente con todo aprobado de forma satisfactoria. 
Bien, lo que me interesa remarcar ahora es que, me dejaron mucho que desear los profesores de la técnica de la especialidad aeronáutica, y lo digo a pesar del daño psíquico que me ha causado estar allí.
Me he dado cuenta de que, los alumnos que quieren aprender son siempre perjudicados (de forma general en las escuelas), teniendo dos posibilidades: 
1) unirse a la mayoría ociosa y sin ganas de hacer absolutamente nada más que "boludear" 
2) seguir firme a pesar de las burlas, la violencia verbal y no verbal, la marginación e inclusive el mismo desprecio por profesores impulsados por su vagancia.
No sólo hablo de la experiencia propia sino también de apreciaciones y experiencias ajenas.

Sabrás tú que estás leyendo esto, fin de esta carta mediadora pero probablemente no único lector, que se me ha aquejado de mis tardanzas al comienzo de clases, mi impuntualidad (pero jamás tareas incumplidas ni mucho menos falta de voluntad, oiga, todo lo contrario), bien, quisiera desahogarme un poco con este sistema educativo quizá irrisorio y decadente del que tanto todos hablan.

Durante ese año fatídico, mis compañeros y profesores me han remarcado mis faltas hasta el cansancio, de una forma menospreciativa, hiriente, y todo lo dañino para la salud mental y de autoestima que se pueda imaginar, ergo, jamás se ha hablado de las horas de clase perdidas en el aula sin hacer absolutamente nada durante todo el año, careciendo muchas veces de herramientas pedagógicas, presenciando la vagancia de nuestros maestros unidos con la de los alumnos. 
Alumnos organizando al menos dos veces por semana un faltazo por cualquier motivo, porque hace calor, porque hace frío, porque es viernes, porque finde largo, porque vamos por dos horas, porque no hicimos la tarea, y un sinfín de excusas, y así y todo, los profesores lo fomentan, ya que también gustan de ese descansito extra (plus). (Imaginate las pu/teadas que recibí cuando quise frenar los faltazos, cuando les expliqué que no debíamos preguntarnos todos los días si "ibamos a ir" que aquello era una obligación, y que había que avisar únicamente caso contrario),prosigo, es así como muchas veces los exámenes finales se toman a las apuradas, la última semana con exámenes consecutivos día tras día, prueba de esa falta de gestión y accionar del profesor durante el año. 
Y no, los motivos de mis fallas no fueron el ocio, fueron parte de un plan académico integral para el largo plazo que me espera, eso no importa de todas formas, ya que estuve en falta de todos modos.
Pero es necesario mirar más allá de cada acción, ahí está la raíz de todo y quizás lo que nos permita vaticinar qué está mal y qué podemos hacer para solucionarlo.
Te aclaro porque me parece que tenés una concepción errada de mí, NO tengo nada en contra de ningún profesor en particular, pero sí considero que unos tuvieron más fallas que otros, que me hacían desear que cambien de profesión, porque ir a clases resultaba ser una pérdida de tiempo, o porque había que aguantar sus repentinos cambios de humor y malos tratos fruto de sus problemas personales o matrimoniales, lo que fuere.

Los maestros NO nos están exigiendo, los maestros ahora son AMIGOS, ¿qué hacen los amigos cuando se reúnen? de todo menos ponerse a trabajar, claro está.
Les hemos perdido el respeto, tanto como ellos a nosotros.
Ir a clases me da pena.
Me da pena también oír a los profesores quejarse de que la escuela no tiene herramientas, que el Estado no ofrece suficiente presupuesto a la educación, que los técnicos que se egresan son cada vez peores, que Argentina se está derrumbando lentamente y ahora también como sociedad.

La escuela está para formar, para mostrarnos el camino o al menos, ofrecernos herramientas para hallarlo.
La base de la sociedad está en la educación. Y esta es ofrecida en CASA y en la ESCUELA. 
Pero no todas las casas son perfectas, los chicos sufrimos eso y nuestro segundo resguardo es la escuela, pero cómo sabremos qué está bien si ni siquiera ahí se nos enseña? Cuando hasta incluso dejan fumar a los chicos dentro de la escuela, hablan de droga con total soltura como si fuera inofensiva y trabajar ya es algo que no es necesario e incluso es injusto, unos se disciplinan todo el año para poder cumplir con sus labores académicos, y otros "vivos" rinden una pruebita "integrativa" para pasar de año sin el menor esfuerzo. 
No, así jamás seremos agradecidos, ni meritocráticos, ni absolutamente nada. 

Este es mi desahogo contra el sistema educativo:

1) La cultura del esfuerzo se está echando a perder
2) Los profesores tienen mucho que ver
3)Podría hablar de asuntos gubernamentales y políticos pero no viene al caso, ya que quizás en ese lado no tengamos mucho poder de acción, pero sí pude vivir las escuelas del sur estatales (Bariloche) y las del Gran Buenos Aires, puedo arguir que somos un desastre. Imaginate que la pobreza y la desnutrición empeoran el desempeño cognitivo en los chicos..., en los lugares de pobreza están tremendamente peor. 

Por ello me apena tanto que según estadísticas, los chicos de las escuelas estatales no logran cursar la universidad, porque son incapaces, porque no tienen la base necesaria, porque no saben lo que es estudiar realmente, porque no tienen el hábito ya que este no se desarrolló cuando debería (escuela), porque faltó exigencia, por muchos otros factores. 
Ojalá podamos aportar nuestro granito de arena, y quisiera hacerlo de esta forma. Plasmando mi experiencia y perspectiva en este blog para que llegue a tus ojos. 
Por qué a los tuyos y no otros? 
Porque también sos consciente de los errores del sistema y de la misma escuela, porque siempre querés mejorarla y buscar soluciones, porque tengo la confianza con vos por suerte, por muchas cosas más.
Y espero saciar también, tu interés sobre lo que me pasa o pasó. Siempre agradeceré ese interés!

No sé si sirva de algo, pero acá está. Un hermoso desahogo que en persona no puedo lograr, ya que terminaría ahogándome en lágrimas.

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