Otra vez

 Otra vez soñé con él.

No hay día en que no me levante habiéndolo soñado, soñar con que vuelve o que yo lo convenzo.

Que nos encontramos o yo lo busco, que le hablo y me mira a los ojos; y al fin cede abrazándome, yo lo abrazo tan fuerte para que no se me escape otra vez.

Me afecta más de lo que creí, conscientemente pensé evitarlo pero mi inconsciente me recuerda constantemente lo mucho que me duele su partida, esta vez, definitiva.

Me pregunto qué tengo que hacer... Las veces que me dejé llevar por mis impulsos dieron como consecuencia desatres graves. Quiero recuperarlo, pero si lo hago, ¿estaría bien?

Sabiendo que tantas veces lo lastimé, teniendo en cuenta que velo por un futuro en el que quizás él o una relación seria no encajen. 

¿Tengo que cortar por lo sano, o tengo que hacerle caso a mi corazón? 

La cagué mil veces, sólo sé que ahora puedo darme cuenta de muchas cosas que antes no; cosas que hice mal, cosas que no valoré y actos que jamás volvería a cometer de nuevo con la persona que amo.

Es válido este justificativo para querer volver a intentarlo, una vez más? 

Quiero hacerte feliz, quiero que estés a mi lado, quiero volver a esa realidad y poder disfrutarla más ahora que sé cómo valorarlo. Si pudiera regresar el tiempo atrás, haría todo tan distinto...

Te pido perdón pero eso no alcanza, no sé de qué otra forma hacerlo. Y las veces que lo hice fueron en vano.

Me alejaste de vos, no querés saber de mí porque eso te duele y seguro más de lo que vos alguna vez creíste. Yo sé que me amás, pero odiás salir lastimado. 

No, no me entregué por completo a vos, no quería que me hieran y por eso herí primero. Es verdad, es la paradoja del desconfiado. 

Me cuesta empezar de cero sin que el pecho se me comprima de vez en cuando, 

intentar dormir por la noche y que repentinamente lance un llanto desconsolado, quasi alarido. Me cuesta concentrarme en la universidad y volver a tener fe en mí, porque no sólo te decepcioné a vos, también a mí.

Ahora hago lo que mejor sé hacer, sólo espero que E. pueda tenderme una soga para salir del pozo en el que me encuentro, porque siempre fue así para mí, sacar a un clavo con otro.

El problema es que el amor que tiene E. para ofrecerme es intrascendente y no basta para llenar el hueco que deja la ausencia de tu amor.

Y no querré aceptar de nuevo un amor como el tuyo, esas cosas se acabaron para mí al menos por un buen tiempo. Por eso se me hará tan difícil aceptar que te fuiste.